Quizás te preguntes qué tiene que ver esta parábola con el kung fu. Este antiguo cuento es, en realidad, muy relevante para el kung fu y muchas otras areas de tu vida en las que la practica del kung fu nos debe de ayudar. Primero, aqui la Fabula:
Érase una vez seis hombres ciegos en un pueblo. Un día, los habitantes del pueblo les dijeron: «Hoy hay un elefante en el pueblo». No tenían ni idea de lo que era un elefante. Decidieron: «Aunque no podamos verlo, vayamos a tocarlo de todos modos». Todos fueron adonde estaba el elefante y todos tocaron al elefante.
-Oye, el elefante es un pilar –dijo el primer hombre que le tocó la pierna.
—¡Oh, no! Es como una cuerda —dijo el segundo hombre que tocó la cola.
—¡Oh, no! Es como una rama gruesa de un árbol —dijo el tercer hombre que tocó la trompa del elefante.
“Es como un gran abanico”, dijo el cuarto hombre que tocó la oreja del elefante.
“Es como un muro enorme”, dijo el quinto hombre que tocó el vientre del elefante.
“Es como un tubo sólido”, dijo el sexto hombre que tocó el colmillo del elefante.
Comenzaron a discutir sobre el elefante y todos insistían en que él tenía razón. Parecía que se estaban poniendo nerviosos.
Un hombre sabio pasaba por allí y vio esto. Se detuvo y les preguntó: “¿Qué pasa?”. Ellos respondieron: “No podemos estar de acuerdo sobre cómo es el elefante”. Cada uno de ellos dijo cómo pensaba que era el elefante. El hombre sabio les explicó con calma: “Todos tienen razón. La razón por la que cada uno de ustedes lo está contando de manera diferente es porque cada uno de ustedes tocó una parte diferente del elefante. Entonces, en realidad el elefante tiene todas esas características que todos dijeron”. “¡Oh!”, dijeron todos. No hubo más pelea. Se sintieron felices de que todos estuvieran bien.
La historia de los ciegos y el elefante se encuentra en antiguas fuentes jainistas, hindúes y budistas que datan del año 500 a. C. La parábola pretende ilustrar la falibilidad humana, los prejuicios, la percepción limitada, la inflexibilidad y la intolerancia.
Esta alegoría de la sabiduría se aplica a cualquier creencia, disciplina, filosofía, religión, cultura, etc., en la que los seres humanos tendrán diferentes puntos de vista, perspectivas y opiniones y las defenderán hasta el extremo. En el poema, cada uno de los ciegos tiene razón y está equivocado al mismo tiempo.
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